Parménides de Elea
Parménides realiza un análisis del «ser» o «lo ente» que le lleva a negar la pluralidad y el movimiento. Esto es así porque el ser no puede ser engendrado, pues en ese caso él mismo no sería el arché
(principio) de todas las cosas; no puede cambiar, porque en ese caso
devendría una cosa distinta de lo que es, es decir, no-ser, y el no-ser
es inconcebible; tampoco puede estar dividido, pues entonces debería
estar separado por algo distinto de sí mismo, lo que implicaría de nuevo
el no-ser. De todo ello deduce que lo ente es inmutable, único, eterno e
indivisible, y que la pluralidad y el movimiento son irracionales e
ininteligibles, pura apariencia.
Existe aún polémica sobre si debe entenderse esta afirmación en sentido
literal o de otro modo. En cualquier caso, los atributos que Parménides
atribuyó al ser fueron transferidos por Demócrito y Empédocles al átomo,
y se hallan en el origen del materialismo filosófico.
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