Grupos Étnicos en
Panamá
Los Hebreos
Los hebreos se encuentran en Panamá desde hace
unos 150 años, y que su participación en nuestro país no se reduce al aspecto
comercial, sino que también fueron parte de las gestas independentistas.
La instauración de la comunidad hebrea data desde
la época de la colonia, debido a que Pedrarias Dávila era descendiente de una
familia judía, específicamente española, de Segovia. Desde entonces hubo
hebreos en la ciudad de Panamá La Vieja, que incluso instalaron sinagogas
secretas. De allí es cuando existió en Panamá influencia hebrea, además de la
presencia de muchos mercaderes de Curazao y Las Antillas, quienes comerciaban
con Panamá desde la época colonial.
A mediados del siglo XIX, durante la época de la
fiebre de oro de California y la inauguración del ferrocarril, llegó a nuestro
país un importante grupo de hebreos procedentes de Las Antillas, Curazao y
Jamaica, quienes hablaban castellano, portugués e inglés, entre otros idiomas.
Fue así como entre ellos surgieron las familias Cardoze, Maduro, Henríquez y
Valencia, así como muchas otras con apellidos portugueses, asentándose en
Panamá.
Es importante mencionar que más adelante esta
élite hebrea mercantil pasó a ser más próspera que la burguesía comercial
criolla, luego de fundar bancos en Panamá, tal como lo hicieron las familias
Visa, Lindo y Hermann. Las Familias de apellido Visa, Lindo y Toledano
prestaron dinero para sobornar a las tropas colombianas instaladas en la ciudad
de Colón, convirtiéndose en un grupo que llegó a vincularse con las gestas
independentistas de 1903.
Ejerciendo tanto la industria, como las
profesiones liberales, las artes y la cultura, además de las finanzas, a Panamá
ingresaron diferentes oleadas de hebreos, entre ellos de origen estadounidense,
europeo y africano, así como los marroquíes, egipcios, turcos y sirios.
Lo más importante es que todos, de igual forma,
han contribuido con el desarrollo económico, comercial y político de Panamá,
gracias a sus empresas. No obstante, su aporte no se limita simplemente a estas
áreas, sino que su presencia también se siente positivamente en el aspecto
cultural, a través de filósofos, pintores y actores, entre otros, por lo que es
importante recordar su participación en el desarrollo del país.
Los Árabes
La presencia del Islam en Panamá es mucho más
antigua de lo que nos imaginamos. Según la historia, el Islam llegó a Panamá a
raíz de las conquistas españolas, abarcando a países como Venezuela, Panamá,
Colombia y Brasil, entre otros. La presencia de los musulmanes en Panamá ha
aportado mucho a la convivencia intercultural e interreligiosa al construir
mezquitas e institutos educativos en distintas partes del país.
El
primer grupo de musulmanes que tuvieron el honor de llegar a Panamá después de
su independencia de Colombia fueron de origen Indostán. Estos tomaron la cuidad
capital como punto de inicio en la enseñanzas del Islam, además de tomarlo como
hogar y construir una mezquita en los años setenta donde se escuchaba el
llamado al rezo las 5 veces del día. Cabe destacar que algunos panameños de
origen afroamericano conocieron el Islam cuando residían en los Estados Unidos
por el movimiento de la “Nación del Islam” dirigido por Malcolm X. En cuanto a
la comunidad musulmana de origen árabe, estos llegaron a la República de Panamá
a finales de los sesenta , la mayoría de ellos se radicaron en la ciudad de
Colón.
La
comunidad Islámica de Colón ha venido colaborando con los más necesitados de
nuestro país en diferentes áreas. Se ha venido realizado donaciones periódicas
en diferentes programas a través de los años, todos bajo el lema “Dejando
Huellas” como muestra de responsabilidad social a un país que les ha dado
acogida desde un principio además cuentan con programas como lo son Vivienda
Sana, Recreación, Educación, Alimentación entre otros.
En el área comercial, la comunidad musulmana
cuenta con un gran número de inversiones en todo el país aportando de esta
manera con el crecimiento económico del mismo y logrando generar miles de plazas de trabajo.
Los Chinos
La inmigración china a Panamá se formó en la
segunda mitad del siglo XIX. El primer grupo de trabajadores chinos arribó al
país el 30 de marzo de 1854 desde Canadá y Jamaica para trabajar en la
construcción del Ferrocarril de Panamá.
A principios del siglo XX, llegaron también a
jugar un papel crucial en otros sectores de la economía panameña; fueron
propietarios de más de 600 tiendas de venta al detal, y se decía que el país
entero dependía de las provisiones de sus tiendas. La comunidad enfrentó varios
retos, incluyendo una ley de 1903 que los declaraba como «ciudadanos
indeseables», un impuesto individual en 1913, una ley en 1928 que exigía que
presentaran una petición especial para convertirse en ciudadanos panameños, y
la revocatoria de su ciudadanía bajo la constitución de 1941 promulgada por
Arnulfo Arias. Sin embargo, su ciudadanías fueron restauradas en 1946 bajo la
nueva constitución que declaraba a todas las personas nacidas en Panamá como
sus ciudadanos. La inmigración durante los años 60 y 70 disminuyó, pero reanudó
durante la reforma y apertura de China, cuando el gobierno de Deng Xiaoping
suavizó las restricciones migratorias. Los barrios chinos más antiguos, como el
de Salsipuedes, han perdido su importancia recientemente para la comunidad
china.
Aunque fueron descritos como «colmena» de
actividades en los años 50 y 60, la apertura de grandes almacenes por
departamentos redujeron la importancia de la venta a detal en las tiendas de
los chinos, y a medida que pasaban los años, muchas de estas tiendas fueron
cerradas; muy pocos comerciantes de productos chinos permanecen en el área,
administrados por inmigrantes recientes. El censo panameño de 1950 registó la
disminución de la población de origen chino.
La comunidad china realizó en 1897 la mayor
contribución en la recolección de fondos para equipar el Cuerpo de Bomberos,
por lo cual una de las bombas de mano se bautizó en honor a dicho grupo. Cuando
se constituyó oficialmente el Cuerpo de Bomberos de Panamá, la compañía N° 2
tenía el nombre de “China”.
Después de la quiebra de la Nueva Compañía del
Canal Francés, los comerciantes chinos comenzaron a dar crédito a las clases
sociales más necesitadas en base a la confianza y que se conoce como “fiado”.
Cuando los clientes compraban en las tiendas, le decían a los chinos,
“Apúntalo” y al final de la semana, la quincena o mes, llegaban a pagar lo que
debían. Los chinos también estampaban el sello de sus establecimientos en
pequeños cartoncillos que daban en lugar de moneda fraccionaria y que después
el gobierno nacional tuvo que acuñar como “cuartillo” (moneda equivalente a un
centésimo y un cuarto). La “ñapa” o “pezuña”, que consistía de una golosina en
forma de pescadito o un caramelo de colores, una cantidad adicional del producto
comprado o un obsequio para incentivar a los clientes fue popularizado por los
chinos.
El mafá, un pan frito dulce cuyo nombre en
chino significa flores entrelazadas, tiene origen chino. No hay duda alguna que
a los panameños les gusta la comida china, como el famoso dim sum o desayuno
chino, la sopa de wantón, el jampao, los rollitos de primavera, el puerco
asado, el arroz frito, el chow mein, el leo pan mein, el saladito y la hostia
china (una golosina china en forma de oblea), entre otros. Otras contribuciones
son la utilización de feng shui, la medicina china, la acupuntura y los masajes
terapéuticos, la curación por medio de hierbas y raíces.
Los chinos también trajeron consigo algunos
juegos de azar, como la lotería china, la rifa china y la charada china. Otro
juego popular desde la construcción del ferrocarril fue el dominó chino o pai
kao.
Los Indostanes
Los indostanes llegaron a Panamá como esclavos
durante la época de construcción del canal y actualmente son la tercera y
cuarta generación de sus antepasados. Se consideran panameños y algunos ya han
perdido contacto alguno con sus raíces.
Trabajan por un Panamá mejor, muestra de ello,
es que existen indostanes en todos los ámbitos profesionales del país;
política, gremios empresariales, educación, modelaje, entre otras, siguiendo la
convicción de producir y contribuir con la idiosincracia del país donde van.
En ese marco, se entremezclan con la cultura.
Los niños asisten a cualquier escuela ya sea pública o privada, aunque la
Asociación junto a la embajada de la India trabajan en la construcción de una
escuela, pero eso no significaría que tendrán que enviar a sus hijos allí, al
contrario, estará abierto para todos los que quieran asistir.
Su elección de ser vegetarianos es una
tradición que viene desde sus ancestros, que consideraban que los animales son
parte de la creación de Dios, por lo tanto son bendiciones y no se les puede
segar la vida para ser utilizados como alimento, cuando hay vegetales y frutas
que son productos muertos y saludables para la salud del hombre.
Sus alimentos son variados, pero todos
preparados con vegetales, frutas y el tradicional arroz nunca falta, además de
panes y tortillas simples que acompañan el resto del menú que contiene mucho
picante.
En cuanto a las tradiciones de enlace
matrimonial, reconoce que el amor nace automático y espontáneo, pero eso no
significa que no se deba pensar en las opciones más convenientes, como las
creencias, valores y costumbres, que son parte fundamental del éxito para la
convivencia de la pareja.
Añade que aún los padres siguen prometiendo a
sus hijos para el matrimonio, aunque eso ha ido cambiando, no obstante, es
decisión de los prometidos si quieren o no llegar a unir sus vidas en ese
sagrado vínculo.
Pero lo mejor es casarse con alguien a quien se
ha conocido toda la vida y convertir la amistad en parentezco, para evitar
peleas por religión y costumbres, pero últimamente eso ha cambiado, ya que lo
que más dividía era la religión, sin embargo, la creencia se ha abierto a todas
las religiones al aceptar que existe un solo Dios.
Como parte de su tradición, consideran que el
sexo es la vía para procrearse, por que sólo es permitido practicarlo dentro
del matrimonio, por eso no existen los noviazgos, porque se pueden producir
accidentes y complicaciones, como un embarazo no deseado.
Para legalizar el matrimonio, los desposados
avisan a sus padres que ya quieren hacerlo, entonces se habla con el sacerdote
del templo al que asisten para que a través de la partida de nacimiento estudie
"el aura" y así elegir entre los hombres que más relación guarden con
su personalidad.
El o la interesada ve al o la candidata sin que
se de cuenta y avisa a sus padres y sacerdote si le gustó o no. Si se gustan
ambos se fija un encuentro con la familia y se acuerda la fecha de la boda,
pero de no ser así, se buscan otros candidatos.
Si un indostán contrae matrimonio con alguien
que no profese su religión, para beneficio y tranquilidad de ambas familias se
realizan dos ceremonias, la indú y la de religión que profese la pareja.
La boda se celebra en diez días, con diferentes
ceremonias y concluye con una fiesta a la que asiste toda la comunidad sin
distingo alguno, donde los padres de la novia corren con todos los gastos de la
fiesta.
El vestido de las indostanas se puede definir
como colorido y elegante. Despierta la curiosidad de muchos por la cantidad de
tela que se utiliza para su creación. Para el diario se usan trajes largos o
pantalones, pero no falta una especie de chal cruzado, sin embargo, para las
fiestas son vestidos más decorados con bordados a mano.
Interesante
ResponderEliminarque cool
ResponderEliminarhola
ResponderEliminarachu
ResponderEliminarbuen resumen campeon
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