viernes, 2 de noviembre de 2018

Valores 11 - Grupos Etnicos en Panamá


Grupos Étnicos en Panamá
Los Hebreos
Los hebreos se encuentran en Panamá desde hace unos 150 años, y que su participación en nuestro país no se reduce al aspecto comercial, sino que también fueron parte de las gestas independentistas.
La  instauración de la comunidad hebrea data desde la época de la colonia, debido a que Pedrarias Dávila era descendiente de una familia judía, específicamente española, de Segovia. Desde entonces hubo hebreos en la ciudad de Panamá La Vieja, que incluso instalaron sinagogas secretas. De allí es cuando existió en Panamá influencia hebrea, además de la presencia de muchos mercaderes de Curazao y Las Antillas, quienes comerciaban con Panamá desde la época colonial.
A mediados del siglo XIX, durante la época de la fiebre de oro de California y la inauguración del ferrocarril, llegó a nuestro país un importante grupo de hebreos procedentes de Las Antillas, Curazao y Jamaica, quienes hablaban castellano, portugués e inglés, entre otros idiomas. Fue así como entre ellos surgieron las familias Cardoze, Maduro, Henríquez y Valencia, así como muchas otras con apellidos portugueses, asentándose en Panamá.
Es importante mencionar que más adelante esta élite hebrea mercantil pasó a ser más próspera que la burguesía comercial criolla, luego de fundar bancos en Panamá, tal como lo hicieron las familias Visa, Lindo y Hermann. Las Familias de apellido Visa, Lindo y Toledano prestaron dinero para sobornar a las tropas colombianas instaladas en la ciudad de Colón, convirtiéndose en un grupo que llegó a vincularse con las gestas independentistas de 1903.
Ejerciendo tanto la industria, como las profesiones liberales, las artes y la cultura, además de las finanzas, a Panamá ingresaron diferentes oleadas de hebreos, entre ellos de origen estadounidense, europeo y africano, así como los marroquíes, egipcios, turcos y sirios.
Lo más importante es que todos, de igual forma, han contribuido con el desarrollo económico, comercial y político de Panamá, gracias a sus empresas. No obstante, su aporte no se limita simplemente a estas áreas, sino que su presencia también se siente positivamente en el aspecto cultural, a través de filósofos, pintores y actores, entre otros, por lo que es importante recordar su participación en el desarrollo del país.

Los Árabes
La presencia del Islam en Panamá es mucho más antigua de lo que nos imaginamos. Según la historia, el Islam llegó a Panamá a raíz de las conquistas españolas, abarcando a países como Venezuela, Panamá, Colombia y Brasil, entre otros. La presencia de los musulmanes en Panamá ha aportado mucho a la convivencia intercultural e interreligiosa al construir mezquitas e institutos educativos en distintas partes del país.
 El primer grupo de musulmanes que tuvieron el honor de llegar a Panamá después de su independencia de Colombia fueron de origen Indostán. Estos tomaron la cuidad capital como punto de inicio en la enseñanzas del Islam, además de tomarlo como hogar y construir una mezquita en los años setenta donde se escuchaba el llamado al rezo las 5 veces del día. Cabe destacar que algunos panameños de origen afroamericano conocieron el Islam cuando residían en los Estados Unidos por el movimiento de la “Nación del Islam” dirigido por Malcolm X. En cuanto a la comunidad musulmana de origen árabe, estos llegaron a la República de Panamá a finales de los sesenta , la mayoría de ellos se radicaron en la ciudad de Colón.
 La comunidad Islámica de Colón ha venido colaborando con los más necesitados de nuestro país en diferentes áreas. Se ha venido realizado donaciones periódicas en diferentes programas a través de los años, todos bajo el lema “Dejando Huellas” como muestra de responsabilidad social a un país que les ha dado acogida desde un principio además cuentan con programas como lo son Vivienda Sana, Recreación, Educación, Alimentación entre otros.
En el área comercial, la comunidad musulmana cuenta con un gran número de inversiones en todo el país aportando de esta manera con el crecimiento económico del mismo y logrando  generar miles de plazas de trabajo.

Los Chinos
La inmigración china a Panamá se formó en la segunda mitad del siglo XIX. El primer grupo de trabajadores chinos arribó al país el 30 de marzo de 1854 desde Canadá y Jamaica para trabajar en la construcción del Ferrocarril de Panamá.
A principios del siglo XX, llegaron también a jugar un papel crucial en otros sectores de la economía panameña; fueron propietarios de más de 600 tiendas de venta al detal, y se decía que el país entero dependía de las provisiones de sus tiendas. La comunidad enfrentó varios retos, incluyendo una ley de 1903 que los declaraba como «ciudadanos indeseables», un impuesto individual en 1913, una ley en 1928 que exigía que presentaran una petición especial para convertirse en ciudadanos panameños, y la revocatoria de su ciudadanía bajo la constitución de 1941 promulgada por Arnulfo Arias.​ Sin embargo, su ciudadanías fueron restauradas en 1946 bajo la nueva constitución que declaraba a todas las personas nacidas en Panamá como sus ciudadanos. La inmigración durante los años 60 y 70 disminuyó, pero reanudó durante la reforma y apertura de China, cuando el gobierno de Deng Xiaoping suavizó las restricciones migratorias. Los barrios chinos más antiguos, como el de Salsipuedes, han perdido su importancia recientemente para la comunidad china.


Aunque fueron descritos como «colmena» de actividades en los años 50 y 60, la apertura de grandes almacenes por departamentos redujeron la importancia de la venta a detal en las tiendas de los chinos, y a medida que pasaban los años, muchas de estas tiendas fueron cerradas; muy pocos comerciantes de productos chinos permanecen en el área, administrados por inmigrantes recientes.​ El censo panameño de 1950 registó la disminución de la población de origen chino.
La comunidad china realizó en 1897 la mayor contribución en la recolección de fondos para equipar el Cuerpo de Bomberos, por lo cual una de las bombas de mano se bautizó en honor a dicho grupo. Cuando se constituyó oficialmente el Cuerpo de Bomberos de Panamá, la compañía N° 2 tenía el nombre de “China”.
Después de la quiebra de la Nueva Compañía del Canal Francés, los comerciantes chinos comenzaron a dar crédito a las clases sociales más necesitadas en base a la confianza y que se conoce como “fiado”. Cuando los clientes compraban en las tiendas, le decían a los chinos, “Apúntalo” y al final de la semana, la quincena o mes, llegaban a pagar lo que debían. Los chinos también estampaban el sello de sus establecimientos en pequeños cartoncillos que daban en lugar de moneda fraccionaria y que después el gobierno nacional tuvo que acuñar como “cuartillo” (moneda equivalente a un centésimo y un cuarto). La “ñapa” o “pezuña”, que consistía de una golosina en forma de pescadito o un caramelo de colores, una cantidad adicional del producto comprado o un obsequio para incentivar a los clientes fue popularizado por los chinos.
El mafá, un pan frito dulce cuyo nombre en chino significa flores entrelazadas, tiene origen chino. No hay duda alguna que a los panameños les gusta la comida china, como el famoso dim sum o desayuno chino, la sopa de wantón, el jampao, los rollitos de primavera, el puerco asado, el arroz frito, el chow mein, el leo pan mein, el saladito y la hostia china (una golosina china en forma de oblea), entre otros. Otras contribuciones son la utilización de feng shui, la medicina china, la acupuntura y los masajes terapéuticos, la curación por medio de hierbas y raíces.
Los chinos también trajeron consigo algunos juegos de azar, como la lotería china, la rifa china y la charada china. Otro juego popular desde la construcción del ferrocarril fue el dominó chino o pai kao.

Los Indostanes
Los indostanes llegaron a Panamá como esclavos durante la época de construcción del canal y actualmente son la tercera y cuarta generación de sus antepasados. Se consideran panameños y algunos ya han perdido contacto alguno con sus raíces.
Trabajan por un Panamá mejor, muestra de ello, es que existen indostanes en todos los ámbitos profesionales del país; política, gremios empresariales, educación, modelaje, entre otras, siguiendo la convicción de producir y contribuir con la idiosincracia del país donde van.
En ese marco, se entremezclan con la cultura. Los niños asisten a cualquier escuela ya sea pública o privada, aunque la Asociación junto a la embajada de la India trabajan en la construcción de una escuela, pero eso no significaría que tendrán que enviar a sus hijos allí, al contrario, estará abierto para todos los que quieran asistir.
Su elección de ser vegetarianos es una tradición que viene desde sus ancestros, que consideraban que los animales son parte de la creación de Dios, por lo tanto son bendiciones y no se les puede segar la vida para ser utilizados como alimento, cuando hay vegetales y frutas que son productos muertos y saludables para la salud del hombre.
Sus alimentos son variados, pero todos preparados con vegetales, frutas y el tradicional arroz nunca falta, además de panes y tortillas simples que acompañan el resto del menú que contiene mucho picante.
En cuanto a las tradiciones de enlace matrimonial, reconoce que el amor nace automático y espontáneo, pero eso no significa que no se deba pensar en las opciones más convenientes, como las creencias, valores y costumbres, que son parte fundamental del éxito para la convivencia de la pareja.
Añade que aún los padres siguen prometiendo a sus hijos para el matrimonio, aunque eso ha ido cambiando, no obstante, es decisión de los prometidos si quieren o no llegar a unir sus vidas en ese sagrado vínculo.
Pero lo mejor es casarse con alguien a quien se ha conocido toda la vida y convertir la amistad en parentezco, para evitar peleas por religión y costumbres, pero últimamente eso ha cambiado, ya que lo que más dividía era la religión, sin embargo, la creencia se ha abierto a todas las religiones al aceptar que existe un solo Dios.
Como parte de su tradición, consideran que el sexo es la vía para procrearse, por que sólo es permitido practicarlo dentro del matrimonio, por eso no existen los noviazgos, porque se pueden producir accidentes y complicaciones, como un embarazo no deseado.
Para legalizar el matrimonio, los desposados avisan a sus padres que ya quieren hacerlo, entonces se habla con el sacerdote del templo al que asisten para que a través de la partida de nacimiento estudie "el aura" y así elegir entre los hombres que más relación guarden con su personalidad.
El o la interesada ve al o la candidata sin que se de cuenta y avisa a sus padres y sacerdote si le gustó o no. Si se gustan ambos se fija un encuentro con la familia y se acuerda la fecha de la boda, pero de no ser así, se buscan otros candidatos.
Si un indostán contrae matrimonio con alguien que no profese su religión, para beneficio y tranquilidad de ambas familias se realizan dos ceremonias, la indú y la de religión que profese la pareja.
La boda se celebra en diez días, con diferentes ceremonias y concluye con una fiesta a la que asiste toda la comunidad sin distingo alguno, donde los padres de la novia corren con todos los gastos de la fiesta.
El vestido de las indostanas se puede definir como colorido y elegante. Despierta la curiosidad de muchos por la cantidad de tela que se utiliza para su creación. Para el diario se usan trajes largos o pantalones, pero no falta una especie de chal cruzado, sin embargo, para las fiestas son vestidos más decorados con bordados a mano.

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